lunes, 30 de diciembre de 2013

La máquina de inventar historias



- Bueno hijo, a dormir.
- Dale, pa… uno más. ¡No tengo sueño todavía!
- ¿Sabés a que me hacés acordar? A la máquina de inventar historias.

“Tu tío y yo, de chicos, éramos amantes de los cuentos, igual que vos. Y ya estábamos cansados de escuchar siempre las mismas historias de los hololibros, tanto que una vez lle
gamos hasta a dejar de comer golosinas por un mes para comprar uno nuevo.
- Que bueno que estaría tener una máquina de hacer historias- le dije a mi hermano. Y como sabrás, él solía hacer realidad las cosas que yo tan fácilmente imaginaba.
 En secreto, trabajó durante días hasta que la máquina estuvo lista para ser probada:
- ¡Wow! ¡Está buenísima! ¿Cómo funciona?
- Bueno, estas mangueras de acá son micrófonos, y se conectan con los grabadores que están ahí y allá… usé el chip de los dados digitales de papá para que mezcle las palabras al azar, y esa caja que ves ahí es el significador. A ese lo inventé yo y es lo más importante… es lo que le va a dar sentido a la mezcla de lo que capten los grabadores.
 Estábamos ansiosos por probar el aparato, pero para funcionar tenía que grabar durante todo un día. Lo dejamos encendido y pusimos unas manguera en el marco de la ventana, para que grabe a la gente que pasaba por la calle, otra apuntando a la sala, para que grabe a nuestra familia, y otra la dejamos en el cuarto, grabándonos a nosotros mismos.
 Al día siguiente, tu tío le dio play, ansioso por escuchar el resultado. La máquina habló usando por cada palabra una voz diferente.
<< En la casa hay un árbol muriendo…>>
Nosotros, maravillados, escuchábamos sin notar que, a medida que armaba las oraciones, el significador se sacudía con violencia a la vez que aumentaba su temperatura.
<<…dejando a los nenes solos con sus sombras…>>
 Mi hermano vio lo que pasaba. Luchando por rescatar su invento, no prestó mucha atención a lo que la máquina trataba de decirnos. Yo, aún hoy, recuerdo las palabras del significador, que fueron cambiando de sentido a lo largo de mi vida.
<<…hasta que lo descubran en su interior.>>”

-¿Pudo salvar la máquina?
- No, y tampoco quisimos reconstruirla... nos pareció mejor inventar nuevas historias nosotros mismos.

2 comentarios:

  1. Algunas cosas es mejor que continúen en manos de los humanos, cierto.

    Saludos

    J.

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  2. puede ser, José. Gracias por ser el lector fiel de este blog. jaja

    abrazo

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