Los enfrentamientos y disturbios habían parado, pero parecía más una
tregua no pautada que el cese definitivo de la violencia. El conflicto estaba
lejos de resolverse y era tan complejo como múltiples sus causas: a la
discusión religiosa y filosófica se le sumaban tensiones políticas, económicas
y culturales, que exigían muchas veces respuestas contradictorias entre sí.
Andrés se sentía minúsculo. No solo por su papel en lo que los medios
ya llamaban guerra civil, también porque su propia existencia era parte del
plan de una versión anterior de sí mismo, malvada, retorcida. Unos días atrás
había sorprendido a sus superiores y a la prensa al renunciar a su cargo en
U.R.R.A. Su puesto era temporal y el reemplazo definitivo de la Jefa ya estaba
elegido, así que no dejaría acéfala a la unidad por mucho tiempo, pero todos
esperaban seguir contando con él como agente de campo.
Cyntheea fue la única que dio todo su apoyo a Andrés en esta decisión.
Y se aseguró de que a su salida de la unidad todas las puertas le quedaran
abiertas:
−Algún día quizá
quieras volver a trabajar ayudando a otros− le dijo.
Warkus no tomó tan bien la decisión. El día de la despedida de Andrés,
por primera vez en años llegó temprano a la oficina. Estaba sobrio. No dijo
nada a su amigo, pero su expresión habló por él.
Una vez solo en su casa, Andrés tuvo la soledad que necesitaba para
meditar. Pasaron los días y no pudo llegar a la conclusión que buscaba.
Entonces, como en ocasiones anteriores, recurrió a la caja de recuerdos, los
trofeos que recogía de cada misión en la que había participado. Ahora tenían un
nuevo significado, él mismo era una máquina creada para cumplir una función:
reencarnar a su creador.
Todos los fragmentos que había desparramado en la mesa armaban una
figura. Desde el ángulo en donde estaba Andrés parecía una cara robótica, en un gesto
extraño y agresivo. Reacomodó, como si fuera un juego, algunas piezas para que
la cara sonría. Ese gesto, casi un reflejo, lo hizo comprender. Él podía mover
las fichas. Él podía elegir. Tenía dos mitades, pero podía decidir qué peso
darle a cada una. Podía cambiar las cosas de lugar, dibujar su propia sonrisa.
No iba a repetir a su creador, no importaba qué función o plan hubiera tenido
en mente al momento de crearlo, él iba a crear su propio camino.
Relajado por primera vez en meses, llamó a Sander. Las comprensiones se
encadenaban y fue por eso que necesitó hablar muchas cosas con su compañero
mecánico:
− Sander, amigo. Sé que esto no va a
gustarte, pero creo que llegó el momento de que dejes este hogar.
El robot quería replicar, pero Andrés siguió
diciendo:
− Fuiste creado por un propósito,
Sander, y por algún misterio que escapa a mi comprensión te rebelaste a él. No
sé ahora qué es lo que te corresponde hacer. Pero estoy seguro de que estar acá
encerrado, haciendo tareas que quedan chicas a tus capacidades, mientras afuera
el mundo explota, no es la respuesta. No tenés que irte ahora mismo, pero
armemos un nuevo plan. Uno en el que seas libre.
Pasaron la noche barajando distintas posibilidades, hasta que Sander
fue descubriendo sus propias necesidades de acción. Se fue dibujando un posible
mapa para él. Ya casi amanecía cuando, tras un pequeño momento de silencio, el
robot miró a Andrés a los ojos:
− ¿Y vos qué vas a hacer, Andrés?
− Por empezar, voy a llamar a
Cyntheea. Quiero que sea parte de mi nueva vida. No sé qué va a decirme. Aunque
pasé mucho tiempo buscando mi verdad entre las máquinas, todavía tengo mucho
que descubrir sobre la humanidad.
Mientras el robot preparaba un desayuno para su compañero, Andrés
guardó sus recuerdos de nuevo en la caja. Arriba de todo puso una barra de metal
fundida en una forma extraña: lo que quedaba de su llave de tuercas. Ya no iba
a tener que defenderse de robots agresivos. Le esperaban otro tipo de
aventuras.
FIN
¡Hola terrícolas! Con este cuento da cierre nuestra segunda temporada, Sueños Futuros: historias de robots. Pronto habrá novedades de lo que se viene, mientras tanto aprovechamos la ocasión para celebrar y para agradecer a los que nos acompañaron a lo largo de este año y medio de aventuras robóticas.
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