Hernán
estaba preocupado, desde hacía horas que el vínculo principal con la fuente de
energía estaba caído y los sistemas funcionaban con el generador secundario. Según
había leído, de mantenerse esa situación en poco menos de un ciclo plutoniano
no quedaría más energía para sostener el funcionamiento de los suspensores
vitales del hogar. Rodrigo se acercó para tranquilizarlo y que se durmiese como
todas las noches.
-No
te preocupes hijo, es verdad que el vínculo energético está interrumpido, pero
vas a ver que dentro de poco va a estar reestablecido. O mandan el enlace desde
la Tierra otra
vez o lo hacemos manualmente mañana.-
-Sí,
papá, ya se, no hay que tener miedo. Siempre decís que el miedo es el peor
consejero posible... Pero, ¿que va a pasar si nos quedamos sin batería en el
generador de emergencia?-
-Va
a estar todo bien Hernán, ya vas a ver. Desde que ocurrieron los disturbios
Valpurgianos, el comité ciudadano-horizontal dedica todo el esfuerzo posible al
mantenimiento del enlace energético-
-¿Los
Disturbios Valqué?- dijo Hernán acomodándose en la cama, con los ojos
brillantes de presentir que se aproximaba una nueva historia.
-Valpurgianos.
Pasó antes de que nacieses. Fue en el sistema Oromedio, en el cuarto y el quinto
planeta. Una tormenta iónica desmagnetizó los receptores del enlace energético
y de los generadores secundarios y se quedaron sin energía. Lo que ocurrió fue
que se detuvieron los Inhibidores idióticos, y los habitantes comenzaron a
actuar erráticamente. Corrían, gritaban, se peleaban entre sí. Todos temían que
sus vecinos les robasen y entonces salían a robar a sus vecinos para
adelantárseles.
-Pero
eso no tiene sentido, todos saben que solo mediante la cooperación se superan
las situaciones difíciles- interrumpió Hernán confundido.
-Claro-
dijo Rodrigo, acariciando a su hijo orgulloso, y continuó: -Pero resulta que
los Valpurgianos estaban al límite de la bondad: decían ser buenos, pero en el
fondo lo único que querían era quedarse con los beneficios del trabajo ajeno. Decían
una cosa y hacían lo contrario, eran muy complicados, y cuando se apagaron los
Inhibidores idióticos, los Valpurgianos salieron a dar rienda suelta a sus
pensamientos y deseos más bajos. Para cuando la conexión energética volvió a establecerse
desde el Comité Central, los Valpurgianos habían destruido los Inhibidores
ellos mismos y trazaban planes para invadir los sistemas cercanos. Era
necesario hacer algo, porque si bien la manera de actuar en la galaxia es a
través del consenso de todas las partes implicadas, los Valpurgianos estaban al
límite de destruirse a sí mismos y a todos los que se cruzasen en el camino. Luego
de muchos debates se decidió activar una maquina experimental llamada El
Concientizador P.E.L.Z.D.O., cuyo único objetivo era lograr que los habitantes
de un lugar pudiesen dejar de lado el individualismo y ponerse en el lugar de
los demás. Al ser activado, los Valpurgianos pudieron comprender que toda esa
malicia carecía de sentido y abandonaron la mala costumbre de querer aventajar
a los demás todo el tiempo. Inmediatamente dejaron de lado las hostilidades y
ayudaron a reconstruir los planetas del sistema que habían quedado destruidos
por los disturbios. Descubrieron así lo que vos decías antes, que el trabajo en
equipo y la cooperación valen más
que el egoísmo individualista. Poco después
ni siquiera hubo necesidad de que mantuvieran activado el Concientizador P.E.L.Z.D.O.
ya que se habían vuelto una de las razas más proclives de toda la galaxia a
ayudar a quienes lo necesitasen sin pedir nada a cambio.
Esta
misma noche mando un mensaje de ayuda al sistema Oromedio para que los
Valpurgianos nos ayuden a recomponer el enlace energético. En dos ciclos solares
vamos a estar como antes.
-Que
bueno que los Valpurgianos nos van a ayudar- dijo Hernán somnoliento, y
continuó con las últimas fuerzas que le quedaban antes de quedarse dormido:
-Papá, ¿Cómo son los Valpurgianos?-
-Son iguales a nosotros hijo, son colonos humanos.
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