lunes, 17 de febrero de 2014

Escape de Mercurio



Papá, ¿hace un tiempo me contaste que en una guerra derrotaste a un espectro vos solo no?-
-Si, fue en la guerra contra el Imperio Extragaláctico ¿Por?-
-¿Y como fue el principio de la guerra?-
-Uff, que dificil…

 “Por suerte la esa guerra no duró mucho, pero fueron tiempos muy intensos. Lo peor fue al principio. De la noche a la mañana nos vimos invadidos por las más diversas criaturas. Todo empezó hace como veinte años, cuando estaba acompañando a la abuela a hacer compras por l
os mercados de Mercurio. Me había ofrecido a acompañarla porque hacía muy poco tiempo que me había comprado mi primera nave transportadora, y bueno, fantaseaba ya con trabajar así que tomaba esos viajes como práctica. Además, tu tío en esa época había desaparecido al ingresar por una grieta temporal.
 Estábamos paseando por el mercado del barrio viejo cuando vimos unas sombras pasar rápidamente por encima nuestro. Casi que no les prestamos atención, pero a los pocos segundos una explosión muy fuerte se escuchó a lo lejos. No le dimos importancia ya que en el barrio viejo de Mercurio las grietas gasíferas son bastante normales y cada tanto alguien prendía un cigarro en el lugar equivocado y todo volaba por los aires. Luego vimos otra sombra fugaz, y segundos mas tarde otra explosión, más lejos. Esta vez la gente se agitó y todos comenzaron a preocuparse ¿otra grieta gasífera? ¿vendedores de pirotecnia atómica fallada? De pronto noté otra sombra pasando sobre nosotros y miré hacia arriba lo suficientemente rápido como para ver lo que parecía ser un escuadrón entero de Gavilanombres sobrevolando la zona en formación de guerra. Segundos más tarde hubo otra explosión, esta vez mucho más cerca de donde estábamos nosotros. Ya resultaba evidente que no se trataba de accidentes aislados y todas las personas que se encontraban en el mercado comenzaron a correr.
Tomé del brazo a la abuela y, a los tumbos, esquivando gente, logramos acercarnos hasta donde había quedado estacionada la nave mientras seguían cayendo bombas sobre la gente aterrorizada. Por suerte la nave no había sido dañada así que nos subimos listos para escapar. Pero no podíamos irnos así sin más. Mientras yo preparaba los controles, la abuela abrió la escotilla y gritó: -¿Quienes van a la tierra? ¡Vamos para ese lado, súbanse que los llevamos!-
 Finalmente, con el almacén de carga repleto de refugiados y al límite de la capacidad, despegamos con el tiempo justo para ver como todo el barrio viejo de Mercurio era devorado por las llamas. Pero eso no significaba que estuviésemos a salvo ya que un escuadrón de Gavilanombres comenzó a perseguirnos y en cuestión de pocos minutos nos dieron alcance. Se agarraron del casco de la nave y comenzaron a desoldar la defensa anti meteoritos. Nunca pude ver cuándo se fue pero, mientras yo realizaba maniobras evasivas para liberarnos de nuestros perseguidores, la abuela se puso el traje espacial y abrió la escotilla para enfrentarlos mano a mano. A simple vista uno pensaría que una viejita no sería rival para un escuadrón de tropas altamente entrenado, pero la abuela atacó sin piedad como una leona defendiendo a sus cachorros y, ante la mirada atónita de los agresores, los fue despachando uno a uno con su electrificador de bolsillo primero, y a los carterazos y empujones cuando se le terminaron las baterías. Finalmente, cuando no quedaron Gavilanombres sobre la nave, la abuela regresó al interior y todos los refugiados la recibieron con aplausos, cánticos y mucha alegría.
Y bueno, así fue como escapamos de Mercurio, y al llegar a la tierra nos enteramos de que toda la Vía Láctea estaba bajo ataque. Después por suerte pudimos formar una resistencia y terminamos echando al Imperio Extragaláctico.-“

-¡Waw! ¿y eso cuento tiempo llevó?
-Unos años, fueron épocas muy dificiles para todos, pero también fueron épocas muy entretenidas y llenas de historias para contar.
-Ah...
-Como cuando el abuelo inauguró la escuela de puntería en gravedad cero y tu abuela derribó un crucero imperial con un cañón que había diseñado el tío con las partes de un horno microondas.
-Si, si, claro que me acuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario