Papá, ¿hace un tiempo me contaste que en una
guerra derrotaste a un espectro vos solo no?-
-Si, fue en la guerra contra el Imperio Extragaláctico
¿Por?-
-¿Y como fue el principio de la guerra?-
-Uff, que dificil…
“Por suerte la esa guerra no duró mucho, pero
fueron tiempos muy intensos. Lo peor fue al principio. De la noche a la mañana
nos vimos invadidos por las más diversas criaturas. Todo empezó hace como
veinte años, cuando estaba acompañando a la abuela a hacer compras por l
os mercados
de Mercurio. Me había ofrecido a acompañarla porque hacía muy poco tiempo que
me había comprado mi primera nave transportadora, y bueno, fantaseaba ya con
trabajar así que tomaba esos viajes como práctica. Además, tu tío en esa época
había desaparecido al ingresar por una grieta temporal.
Estábamos paseando por el mercado del barrio
viejo cuando vimos unas sombras pasar rápidamente por encima nuestro. Casi que
no les prestamos atención, pero a los pocos segundos una explosión muy fuerte
se escuchó a lo lejos. No le dimos importancia ya que en el barrio viejo de Mercurio
las grietas gasíferas son bastante normales y cada tanto alguien prendía un
cigarro en el lugar equivocado y todo volaba por los aires. Luego vimos otra
sombra fugaz, y segundos mas tarde otra explosión, más lejos. Esta vez la gente
se agitó y todos comenzaron a preocuparse ¿otra grieta gasífera? ¿vendedores de
pirotecnia atómica fallada? De pronto noté otra sombra pasando sobre nosotros y
miré hacia arriba lo suficientemente rápido como para ver lo que parecía ser un
escuadrón entero de Gavilanombres sobrevolando la zona en formación de guerra.
Segundos más tarde hubo otra explosión, esta vez mucho más cerca de donde
estábamos nosotros. Ya resultaba evidente que no se trataba de accidentes
aislados y todas las personas que se encontraban en el mercado comenzaron a
correr.
Tomé
del brazo a la abuela y, a los tumbos, esquivando gente, logramos acercarnos
hasta donde había quedado estacionada la nave mientras seguían cayendo bombas sobre
la gente aterrorizada. Por suerte la nave no había sido dañada así que nos
subimos listos para escapar. Pero no podíamos irnos así sin más. Mientras yo
preparaba los controles, la abuela abrió la escotilla y gritó: -¿Quienes van a
la tierra? ¡Vamos para ese lado, súbanse que los llevamos!-
Finalmente, con el almacén de carga repleto de
refugiados y al límite de la capacidad, despegamos con el tiempo justo para ver
como todo el barrio viejo de Mercurio era devorado por las llamas. Pero eso no
significaba que estuviésemos a salvo ya que un escuadrón de Gavilanombres
comenzó a perseguirnos y en cuestión de pocos minutos nos dieron alcance. Se
agarraron del casco de la nave y comenzaron a desoldar la defensa anti
meteoritos. Nunca pude ver cuándo se fue pero, mientras yo realizaba maniobras
evasivas para liberarnos de nuestros perseguidores, la abuela se puso el traje
espacial y abrió la escotilla para enfrentarlos mano a mano. A simple vista uno
pensaría que una viejita no sería rival para un escuadrón de tropas altamente
entrenado, pero la abuela atacó sin piedad como una leona defendiendo a sus
cachorros y, ante la mirada atónita de los agresores, los fue despachando uno a
uno con su electrificador de bolsillo primero, y a los carterazos y empujones cuando
se le terminaron las baterías. Finalmente, cuando no quedaron Gavilanombres sobre
la nave, la abuela regresó al interior y todos los refugiados la recibieron con
aplausos, cánticos y mucha alegría.
Y
bueno, así fue como escapamos de Mercurio, y al llegar a la tierra nos
enteramos de que toda la Vía Láctea
estaba bajo ataque. Después por suerte pudimos formar una resistencia y
terminamos echando al Imperio Extragaláctico.-“
-¡Waw! ¿y eso cuento tiempo llevó?
-Unos años, fueron épocas muy dificiles para
todos, pero también fueron épocas muy entretenidas y llenas de historias para
contar.
-Ah...
-Como cuando el abuelo inauguró la escuela
de puntería en gravedad cero y tu abuela derribó un crucero imperial con un
cañón que había diseñado el tío con las partes de un horno microondas.
-Si, si, claro que me acuerdo.
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